El rostro de la sombra, Alfredo Gómez Cerdá

¡Hola a todos! Hoy os traigo la reseña de El rostro de la sombra, de Alfredo Gómez Cerdá. Espero que os guste y me comentéis lo que opináis :)

Alcohol, un móvil y una situación perfecta. Adrián, Borja y Claudio son tres muchachos que tan sólo querían gastar una broma, una broma con unas consecuencias fatales, grabada, y difundirla por la red para que se conociera. De forma totalmente anónima, suben unas imágenes impactantes de un accidente de coche provocado, que afectará a las personas que Adrián más quiere. A veces, las consecuencias de sobrepasar unos límites pueden destrozar más de una vida.

Cuando leí la sinopsis de El rostro de la sombra, no pude evitar que me recordara en cierto modo a Nick, debido a la importancia de Internet y las nuevas tecnologías. Como Nick me encantó, pues esperaba, inconscientemente, algo genial de El rostro de la sombra... y mi decepción ha sido grande, no porque sea un libro malo -para nada lo es-, sino porque no me ha parecido una lectura agradable... cosa que, pienso, ha provocado el autor intencionadamente, por lo que debo aplaudirle en cierto modo.

Lo que más me ha gustado de esta obra es que está perfectamente escrita. Se nota muchísimo la experiencia del autor en la forma que tiene de escribir, el estilo está cuidadísimo y elaborado, y eso es algo que de vez en cuando se agradece mucho en la literatura juvenil entre tanta obra con estilos sencillos y apenas trabajados. Utiliza un lenguaje, aunque perfectamente comprensible, muy cuidado, y además usa recursos como los monólogos interiores y los pensamientos cargados de remordimientos y de pensamientos fríos y estratégicos, lo que aporta mayor complejidad aún a la obra de la que podría tener en un principio.

La novela se divide en días y horas, que actúan como capítulos. Éstos son bastante cortos y, al tener la letra grande y con mucho espacio entre líneas, se leen bastante rápido. Esto se agradece, puesto que la novela tiene un ritmo lento y cargado de pensamientos e ideas de todos los personajes, no sólo de Adrián, aunque de éste con mayor frecuencia.

Por otro lado, su extensión es perfecta. Quiero decir, hay novelas que se centran en una gran aventura de unos personajes determinados, otras se centran en el día a día de éstos, otras en un hecho concreto sin darle mayor peso del necesario a los aspectos cotidianos o a la actuación de los personajes en otro tipo de situaciones que no sean las que se dan en la novela. Esta obra es del tercer tipo; no se extiende en detalles innecesarios para el desarrollo de la historia, y probablemente si hubiese sido más extensa la habría abandonado. Además, mantiene la tensión constante de los sucesos acontecidos en ésta, por lo que su lectura en ocasiones me ha resultado agotadora y cansina; si tuviera más páginas es probable que no hubiera podido seguir con ella.

Con respecto a la forma, no tengo nada más que decir: perfectamente escrita aunque un poco pesada. Vayamos, pues, con el contenido.

No puedo decir que este libro es malo, porque no lo es en absoluto; está escrito mucho mejor que la mayoría de novelas juveniles y nos quiere mostrar un mensaje que vale mucho la pena saber: debemos tener cuidado con lo que hacemos, hay que pensar en las consecuencias de nuestras acciones... y pagar por ellas.

Sin embargo, a lo largo de toda la novela me he sentido, digamos, incómoda. No me he llegado a meter en la historia ni a tomarle cariño, tampoco he tenido la necesidad de saber cómo acababa. La he leído por leerla, no me ha enganchado y no me sentía bien leyéndola, porque no es una novela agradable, pero esto no es un error: el autor no ha querido que sea agradable, ha querido que sea una desgracia, una obra triste y dura, para concienciar a la juventud de las consecuencias de sus actos, de los actos que muchas veces creemos que son de broma y sobrepasamos límites que pueden destrozar la vida de las personas.

Con los personajes tengo un dilema. Por un lado, les conocemos bien porque nos cuentan sus pensamientos, sus sentimientos, sus ideas y reflexiones; pero por otro lado, sólo les podemos conocer en el contexto de la desgracia. Me explico; sólo les conocemos en una situación de tensión constante y de remordimientos y miedos. Por eso, aunque Adrián, por ejemplo, me ha parecido un personaje despreciable y horrible, es probable que en otro contexto me hubiera encantado. De cualquier forma, el autor ha sabido sacar los pensamientos más íntimos y oscuros, el lado más perverso e inhumano, de un personaje que, en apariencia, es un buen chico. Alfredo Gómez Cerdá ha sabido representar lo desalmado que puede llegar a ser un ser humano cuando es su propio bienestar el que está en juego.

Por otro lado, la intriga que se lleva a cabo a lo largo del libro no me ha gustado. A ver, sabemos quiénes son los culpables, quién es la víctima, pero la tensión que está ahí no me ha convencido. Sin embargo, el final es sublime. Es impactante, estremecedor y tremendamente inesperado. Me ha encantado.

Como ya os he comentado, esta novela no me ha convencido. Tiene cosas muy buenas, es una lectura recomendable en cierto modo para la juventud, pero no ha conseguido llegar a gustarme. Ya os he repetido varias veces que el libro no es malo para nada; Alfredo Gómez Cerdá es un autor que me parece buenísimo, de hecho, uno de sus libros infantiles era mi favorito en la infancia -Amalia, Amelia y Emilia, también de la editorial SM-. Sin embargo, El rostro de la sombra no es una historia que esté hecha para mí. Es eso, simplemente; no me ha gustado porque no es el tipo de obras que me suelen convencer.

El estilo magnífico del autor.

Adrián. Qué personaje más odioso.

Gracias a SM por el envío del ejemplar.

Posdata: ¡Contestados todos los emails de los concursos! Muchas gracias a todos los que estáis participando, de verdad. Ahora que estoy de vacaciones, voy a poner todo más al día. En cuanto a reseñas, estoy a punto de acabarme Cazadores de Sombras I: Ciudad de hueso, por lo que ya sabéis lo que toca muy pronto, ¡otra reseña más! Un beso enorme a todos y gracias por leerme.