El secreto de Lucía Morke, Inés MacPherson

La chica de la curva. El empleado de hotel que asesina a todos sus clientes. El psicópata que se esconde en los coches para matar a sus dueños. Todos estos personajes tienen una sola cosa en común: no existen. O eso piensa Lucía antes de iniciar un terrorífico viaje, en busca de un amigo desaparecido hace años, que la llevará al abandonado y tétrico hotel Limbo, en mitad del desierto de los Monegros.

Lo que descubrirá allí cambiará su vida para siempre.

Si es que vive para contarlo...

Pedí El secreto de Lucía Morke a la editorial con muchas expectativas. Su portada me llamó la atención desde el principio y me invitó a leer la sinopsis, que me incitó a querer leerlo por esperar algo diferente a la típica novela juvenil. He leído muy poco terror; algo de Poe y muy poquito de Lovecraft. Obviamente, no esperaba nada del estilo, sino algo más sencillo, entretenido y para quitarme un poquito el sueño. Lo empecé con ganas poco después de que me llegara, porque no es gordo y sus capítulos son cortos, y la fuente es bastante grande, por lo que me lo leería en un suspiro. Y sí, así fue, pero tengo que decir también que me decepcionó un poco. Tampoco esperaba mucho después de leer alguna reseña, pero sí le tenía ganas y a pesar de ello, no cumplió mis expectativas.

Para empezar, Inés MacPherson escribe bien, es buena con el terror, se nota que es lo suyo. Ha conseguido que en algún momento tenga un poco de miedo. Y, si lo hace tan bien, ¿entonces por qué mete con sacacorchos esos aires de novela juvenil cutre y típica? Todo iba genial hasta que empezó a desvariar con la relación de Lucía y Hugo. La protagonista empezó cayéndome bien, pero poco a poco fue volviéndose una más, la típica llorona que no puede vivir sin su amorcito y que hace estupideces con tal de estar con él. No es una combinación que quede bien la del miedo y el lloriqueo adolescente, y el libro hubiera estado genial sin esto último; es como que sobra muchísimo.

La novela es entretenida, sí, y se lee en un suspiro, es adictiva, pero no tanto como podría haberlo sido. Se le podría haber sacado muchísimo más partido explotando, como digo, el terror que tan bien se le da a la autora. Por otro lado, hay situaciones tan irreales, tan inverosímiles, que cuesta meterse en la historia. Sin embargo, y a pesar de esto, el ambiente que logra la autora está muy logrado y, como os digo, me ha hecho sentir algún escalofrío que otro. Si bien los desencadenantes de la historia -la búsqueda de Hugo, la estupidez de Lucía y demás- son bastante pobres, el desarrollo está mucho más logrado, pero sin duda lo que triunfa es la atmósfera de terror, de guiños a leyendas urbanas y de misterio e inquietud.

En cuanto a personajes, decir que Roderick me ha encantado, e incluso he echado de menos algo más de profundidad en él, aunque tal y como está me ha gustado mucho. De Hugo esperaba mucho más, se nos vuelve a presentar el guapo-perfecto-maravilloso, cualidades que, unidas, detesto en personajes masculinos de juvenil. La gran decepción, sin duda, ha sido Lucía. Empezó como un gran personaje con mucho potencial y fue degenerando hasta convertirse en una típica más, estúpida y sin garra.

El final me ha gustado. Ha sido un buen cierre, en cierto modo inesperado, sorprendente pero no tan explosivo como podría haberlo sido. Al acabar la novela tuve la sensación de haber dejado acabado algo bueno, pero que ha sido simplemente para pasar el rato; no es de estos libros que te hacen pensar cuando lo acabas, como me ha pasado con muchos otros, simplemente te lo acabas y te empiezas otro, y lo olvidas con el paso de los días.

Como conclusión, me ha dado la impresión de que Inés MacPherson tiene muchísimo potencial que no ha sabido explotar en esta obra. Partía de una idea muy original, ha sabido crear una atmósfera muy buena, es adictiva y rápida, tenía todos los ingredientes para haber creado algo genial y, sin embargo, no ha sido así. Quizás es presuponer demasiado, pero me ha dado la sensación de que ha antepuesto lo que vende -novela simple y con amor irrefrenable de por medio- a lo que de verdad es bueno, dejando en cierto modo su talento de lado.