Flores de sombra, Sofía Rhei

¡Hola a todos! Hoy, por fin, os traigo la reseña de esta novela que tenía pendiente reseñar desde hace unos días. He sacado un poco de tiempo y la he escrito. ¿La habéis leído? ¿Qué opináis? Ya me contaréis en los comentarios :D ¡Espero que os guste!

Hazel Hawthorne era feliz, tenía un novio al que quería mucho, una amiga fantástica y una madre a la que adoraba. Sin embargo, debido a la separación de sus padres, ella y su madre se quedan en la ruina y no tienen más remedio que mudarse a Umberfield, un pueblo enano y sin nada interesante. Dejando atrás toda su vida, no tiene más remedio que conformarse con lo que le ha tocado vivir, hasta que descubre el jardín de su nueva casa. Un jardín que le traerá más de una sorpresa. Un jardín mágico.

He querido leer esta novela porque ha recibido muchas reseñas por toda la bloggosfera y yo no quería ser menos. Mucha gente decía que era una novela entrañable, otros que era normalita, otros que era casi perfecta. Además, el hecho de que Sofía Rhei viniera a mi instituto a dar una pequeña conferencia me animó mucho a querer tenerlo (aquí hablo de ese día). Ya iba siendo hora de que lo leyera, y cuando me la mandó la editorial me puse en seguida con él.

Para empezar, voy a dejar claro que esta novela NO es una obra de arte, ni mucho menos. Si os la tomáis como tal, no la disfrutaréis lo suficiente, estaréis apreciando sus fallos y no sus virtudes, que no son pocas. No tiene una forma de escribir increíble, es más bien normalita: sencilla, rápida, ágil, con una buena descripción y bastante diálogo, pero ya está. Sí es cierto que se lee muy rápido y es muy amena y entretenida, pero la forma de escribir deja bastante que desear. Sin embargo, a mí me ha gustado. Usa la tercera persona del pasado, lo que no permite que conozcamos y sintamos tan bien a los personajes como una primera persona. Aún así, no está mal.

Quizás el principio es un poco lento, pero pienso que es algo adecuado que insista en la protagonista y en su vida, sus sentimientos -aunque en ocasiones estén muy poco profundizados-. Sin embargo, en cuanto arranca te absorbe y no puedes parar de leer, o eso me pasó a mí, porque es una novelita entretenida, rápida y fresca.

Una cosa que me ha encantado ha sido el principio, las páginas que te introducen en la historia del mundo que ha creado Sofía Rhei y que nos permite no perdernos en ningún momento en la explicación. Además, aporta sentido al mensaje que nos quiere transmitir la autora, de amor a la naturaleza, del que hablaré más adelante.

En cuanto a forma, poco más que decir. No es una maravilla pero se deja leer bastante bien.

De vez en cuando, hay libros que lees y te gustan. Aunque tengan defectos, aunque no sean una maravilla, tienen un nosequé que te hace cogerles mucho cariño. Ese nosequé es bastante subjetivo, por supuesto, pero no puedo pasarlo por alto en mi reseña. Quizás sea la ambientación, la historia, los entrañables personajes. Lo desconozco, pero ahí está. Pero, como tengo que extenderme y no sólo quedarme con lo bueno, voy a comentaros punto por punto qué me ha parecido este libro.

Voy a empezar por las virtudes. Lo primero y más destacable de esta obra es su alarde de originalidad. A ver, de acuerdo, puede que el esquema "chica-se-va-a-pueblo-y-descubre-cosas-chulis" esté más que trillado, pero a partir de ahí, todo es originalidad. El mundo que Sofía Rhei ha creado es genial y maravilloso; con alguna otra incoherencia, cierto (¿cuál es la función de la cuidadora del jardín?), pero está muy trabajado y muy bien hecho, además, tiene credibilidad. En alguna otra reseña ya os he explicado que, para mí, la fantasía en el mundo actual está bien hecha sólo cuando permite que me pueda creer que el mundo mágico, o los seres creados por el autor, pudieran existir en realidad (que estén "ocultos" de alguna manera, con un motivo lógico por el cual no son conocidos). Esta obra, en efecto, lo consigue: da una explicación lógica a un mundo ilógico creado por el escritor.

Siguiendo con el mundo, es apreciable el hecho de que NO sea perfecto. Quiero decir, no es un mundo de hadas y seres maravillosos donde todo es color de rosa y da gusto vivir allí. Para nada. Es un mundo imperfecto, donde la sociedad es muy clasista y está bastante jerarquizada (los heléboros son aristócratas, seres superiores; después, los azogues, y a continuación los sugreles). Hay problemas, como en todo mundo normal (es imposible que una sociedad no tenga ciertos conflictos), y eso es algo que no muchos autores de fantasía tienen en cuenta, añadir obstáculos en un mundo fantástico maravilloso.

La originalidad de la Feeria también reside en la importancia que se le da a la naturaleza. Son pocas novelas fantásticas las que emplean seres en sintonía con la naturaleza de una forma tan directa, usándolos casi de protagonistas, dando un mensaje que se debe leer entre líneas pero que podremos notar perfectamente. De hecho, al principio del libro, en las dos páginas introductorias, explica la separación de ambos mundos y por qué, por culpa de la ambición humana, la naturaleza dejó de ser especial e importante, y considera a la propia Tierra como la creadora de todo. El amor y cuidado al medioambiente es un tema muy importante, que poquísimas veces se toca en la literatura juvenil y que, sin embargo, hay que tener muy en cuenta, especialmente a nuestra generación, que somos los que tendremos que lidiar con esta clase de problemas en el futuro.

Finalmente, toca hablar de los personajes. Hazel no me ha gustado, lo siento. Me ha parecido tonta, sin brío, con horchata en las venas en vez de sangre; confiada, sin mala leche y sosa. Áster me habría gustado si la autora hubiera profundizado más en él, pero lo muestra como un bonito príncipe azul y fin. Apenas habla de él, de su pasado, de su forma de ser; apenas le conocemos, sólo sabemos que es un enmascarado misterioso, y ese misterio que le rodea no acaba de gustarme en un protagonista masculino. Si hubiera habido una mayor profundización, tanto en él como en Catleya, estoy segura de que la novela hubiera dado muchísimo más de sí, hubiera estado muchísimo más aprovechada y hubiera sido más apasionante incluso. Además, la relación de Hazel y Áster es tan precipitada que resulta increíble y sacada de lugar: ¿se ven una vez y ya se enamoran? Yo eso, señores, no me lo creo.

Sin embargo, los secundarios me han gustado mucho. Poppy es sencillamente adorable, Eric me ha parecido también alguien encantador, al igual que nuestro querido Gálmax. Son personajes sencillos, normales, que, al fin y al cabo, luego son los mejores, porque son los que más se asemejan a la realidad -sí, a pesar de que Gálmax sea un hurón-.

En cuanto a los antagonistas... Patéticos. Virginia y Bob me han parecido estúpidos, simplemente personajes sin apenas profundización, que están ahí para ejercer un papel pero que no tienen importancia por sí mismos, como la debe tener un personaje más o menos importante. Lo mismo ocurre con Catleya, una "mala malísima" a lo Mojo Yoyo, que no tiene ni pies ni cabeza y muy poco sentido.

Sin embargo, y con todos estos defectos, la novela merece la pena. ¿Por qué? Pues porque es encantadora, te absorbe, se lee en un suspiro, y aunque no sea una magnífica obra de arte ni destaque en complejidad, se deja leer, se disfruta mucho y eso es lo principal en un libro: que entretenga y tenga algo.

El mundo fantástico creado por la autora y la originalidad de éste.

Los antagonistas y la poca profundización en el personaje de Áster.

Muchas gracias a Alfaguara por el envío del ejemplar.