Almas gemelas, Elizabeth Chandler

¡Hola a todos! Hoy, por fin, os traigo la reseña de Almas gemelas, la trilogía que se sortea en el blog. ¡Espero que os guste la reseña! Ya me contaréis.

Ivy es nueva en el instituto de Stonehill, una localidad cercana a Nueva York a la que acaba de mudarse con su hermano y su madre. Es una chica responsable, tímida, buena estudiante y un poco solitaria. Pronto hace un pequeño grupo de amigas que la ayudan a integrarse en su nueva vida y en el instituto. Tristan es el capitán del equipo de natación. Es guapo, inteligente y uno de los más populares del instituto, aquel por el que suspiran la mayoría de las chicas. Cuando Ivy y Tristan se conocen no pueden evitar sentir que están hechos el uno para el otro, son almas gemelas, y pronto se convierten en la pareja perfecta.

Todo cambia cuando Tristan muere repentinamente en un accidente de coche. Ivy no consigue superarlo, siente que lo ha perdido todo... hasta que empieza a percibir cosas extrañas a su alrededor, como si una misteriosa presencia la acompañara, estuviera junto a ella, la protegiera...

Esta es la primera vez que reseño una trilogía. Nunca lo había hecho, y como los tres libros tienen algunas diferencias entre sí, voy a estructurar la reseña en tres partes, para más o menos poder hablaros de todo lo que tengo que decir... que no es poco :)

Con un comienzo que nos puede descolocar ligeramente, El beso de un ángel, la primera novela de la trilogía, es una deliciosa obra de romántica juvenil al más puro estilo. Es muy introductoria, aunque para nada lenta; nos cuenta cómo se va forjando la historia de amor entre Tristan e Ivy, los dos protagonistas de Almas Gemelas. Nos explica cómo son los personajes, en qué creen, qué problemas tienen. Nos sitúa también en la historia familiar de Ivy y de Gregory, que al principio puede parecer que nos es contada simplemente para conocer y comprender mejor a los personajes, pero que tendrá una carga mayor en el resto de novelas.

Empieza ni más ni menos que con la muerte de Tristan, para situarnos inmediatamente después en el pasado de la pareja: cómo se conocen, cómo se enamoran... Por eso, en un principio y debido a este salto cronológico, la novela puede desconcertar un poco. Sin embargo, mediante vas leyendo, te vas haciendo con lo que ocurre y conociendo cada vez más y mejor a los personajes, llegando a tomarles un cariño increíble.

La manera de escribir de Elizabeth Chandler es rápida, sencilla y con enganche. Los diálogos, sin embargo, son a veces  poco naturales y bastante confusos. No obstante, cómo escribe la autora me ha gustado porque en apenas un suspiro ya había devorado el libro, y la alteración del orden cronológico que os he comentado antes me ha parecido muy original y acertada.

Los personajes en este primer libro me han encantado: Ivy, una muchacha sencilla, adorable y buena persona; Tristan, uno de los personajes masculinos más encantadores que puede haber; Gregory, el chico malo de nuestra historia, alguien que no nos dejará indiferente y a mí, por lo menos, me encantó como personaje; y Philip, el encantador, el adorable, el tierno Philip, el pequeño hermano de Ivy. Beth y Suzanne, las amigas de Ivy, en esta primera parte me han resultado un poco indiferentes, al igual que Will. Peeero, la cosa cambia totalmente entre el segundo libro y el tercero, dando un giro radical a prácticamente todos los personajes de esta novela, un cambio que no ha podido sino desconcertarme.

El beso de un ángel se centra principalmente en la historia de amor, sin ahondar más allá. En la historia de amor, en la trágica muerte de Tristan y en los ángeles, ni más ni menos. Apenas roza el verdadero hilo argumental con el que continuará la trilogía, ya que en un principio es una sencilla y tierna historia de amor... hasta el final, donde esta trilogía da un giro de ciento ochenta grados a toda la historia, tomando un rumbo totalmente diferente que tiene sus más y sus menos.

Puede contener spoilers del primer libro y también del segundo.

Es, quizá, el que más rápido devoré de los tres. A buen ritmo y pocas pausas, comienza el verdadero quid de la cuestión: la intriga. Tras ese final explosivo de El beso de un ángel, nos pasamos gran parte del libro confiando y desconfiando continuamente: ¿quién mató a Tristan? ¿Qué motivos tenía? Y es que parecía casi imposible que, tras la dulzura del primer libro, pudiera esconderse una verdadera trama policíaca con tintes paranormales, de tensión y miedos, donde no sabremos a quién acusar y a quién creer.

En cierto modo, El poder del amor pasa a ser, a comparación con su antecesor, una novela intensa y más madura, de ritmo vertiginoso y un enganche sorprendente, casi mayor que el de su primera parte. Mientras que en El beso de un ángel nos explican y se extienden en la parte paranormal de esta saga, en su segunda parte preparan el terreno para la intriga y la desarrollan hasta el final... un final que, si bien yo por lo menos no me esperaba, no dejó de resultarme un poco ilógico, aunque nada que tenga importancia.

En cuanto a personajes, la cosa empieza a desvariar. Pasamos de una Ivy dulce y tierna, a una increíblemente mala amiga. Sí, lo sé, todos cometemos errores, pero de ahí a traicionar a las personas que supuestamente te importan... hay un largo trecho. Y es que esta Ivy no deja de cometer error tras error, y no deja de ser un personaje pasivo y manejable, de ésos que parecen abundar tanto en la literatura juvenil, de ésos de los que los jóvenes no deberíamos tomar ejemplo. Luego hay otros que, como Gregory, resultan en ocasiones totalmente incoherentes en sus actos. Es normal que la autora haga esto para desviar las sospechas hacia un lado y hacia otro, pero se puede conseguir ese efecto perfectamente cuidando un poquito más los detalles. Aún así, Gregory es uno de los personajes que más me han gustado en este segundo libro, por no decir el que más, al igual que en la primera novela. En cuanto a Tristan, cada vez me sorprende más su postura de macho dominante. No sé si será por el hecho de que se escribió hace quince años... o simplemente por la mentalidad de la escritora, pero no me ha gustado nada la postura posesiva que Tristan tiene hacia Ivy, y la pasividad de ella. Me parece algo totalmente negativo para el género femenino, pero tampoco degradante, porque en ningún momento hay ni faltas de respeto ni declaraciones obvias de machismo. Aún así, las posturas de mujer-hombre, mujer pasiva y hombre protector, me han resultado muy desagradables. Lacey, por su parte, me ha encantado, mucho más de lo que esperaba en un principio, ya que tenía pinta de ser el típico personaje "amigo-instructor-divertido" que tanto sale en las películas Disney xD, pero poco a poco nos daremos cuenta de que hay algo más detrás.

También tengo algo negativo a destacar: ¿por qué todos los personajes masculinos deben, por fuerza, sentirse atraídos por la protagonista? Quiero decir, ¿no pueden existir los amigos masculinos para las chicas? Y ahí es cuando volvemos al tema de la aparente mentalidad tradicional de la escritora que, repito, a mí no me acaba de convencer.

Aunque el tema de los personajes ha bajado muchos puntos a la novela, me ha enganchado totalmente y absorbido por completo, llegando a dudar de todos y cada uno de los personajes... y más con ese final, en el que, de nuevo, te quedas a cuadros.

Puede contener spoilers de las anteriores novelas.

Y, por fin, el misterio se resuelve. Ya sabemos quién está detrás de todo, así que este libro es una mera persecución, una carrera contrarreloj, un tira y afloja entre Ivy y su agresor, con Tristan y Lacey protegiendo a Ivy en todo momento, al igual que Will y Beth.

De nuevo, Elizabeth Chandler consigue engancharme de manera sorprendente, con una prosa ágil y sencilla, adaptada para todos los públicos. Consigue atraparme con una trama rápida y emocionante, con tensión y nerviosismo. No sólo se centra en la intriga, también toca temas como la muerte de un ser amado y cómo tenemos que luchar por superarla, por seguir adelante.

Sin embargo, aunque me ha atrapado y el libro, en fin, toda la trilogía en general me ha gustado, le he encontrado defectos que tengo que decir en la reseña, para que sepáis mi sincera opinión.

Por un lado, los personajes. Si ya en el segundo libro comenzaba la cosa a torcerse, en esta tercera entrega vemos sus lados más oscuros: Ivy en su faceta de mala amiga y boba incrementada aún más, Tristan con sus aires de celoso dominante, Gregory cada vez más enloquecido, Will como el chico no tan perfecto, Suzanne... simplemente despreciable. Beth y Lacey son las que de verdad me han convencido y encantado, junto al genial Philip, un niño del que me encariñé nada más comenzar la trilogía. Gregory, sin embargo, también me ha gustado mucho como personaje, al igual que Will, a pesar de sus defectos. Pero todos los demás, y sobre todo los protagonistas, me han decepcionado mucho a comparación con el primer libro.

El final, aunque muy precipitado, me ha gustado y me ha parecido el adecuado. Como algunos sabréis, va a publicarse una cuarta parte que, en mi opinión, es totalmente innecesaria... Pero bueno, intentaré leerla, a ver qué nos espera.

En resumen, una trilogía entretenida, rápida y ágil de leer, que engancha y en algunos aspectos flojea, como todo. ¿La recomendaría? Si quieres engancharte y entretenerte con algo ligero y un poco romanticón, ¡adelante!

 

Gracias a la editorial Planeta por el ejemplar.

Posdata: Estoy leyendo ya Cazadores de Sombras I: Ciudad de hueso, y me está gustando mucho. Graceling aún lo tengo que acabar, pero esta semana seguramente no pueda traeros la reseña debido a que ya es la recta final de exámenes y trabajos, así que probablemente para el fin de semana que viene la tendréis. El rostro de la sombra será seguramente mi próxima lectura. En cuanto a los concursos activos, ¡tranquilos! Mañana, si puedo, u hoy, contestaré a todos los emails ^^ ¡Gracias por vuestra participación! Un beso a todos.